2008/12/06

El violonchelista de Sarajevo



Steven Galloway




Un día, un obús cae sobre la cola que hay formada frente a una panadería y mata a veintidós personas, mientras el violonchelista lo ve todo desde su piso. Se hace la promesa de sentarse en el cráter que ha dejado el mortero y tocar el Adagio de Albinoni una vez al día, y un día por cada una de las víctimas. El Adagio había sido recompuesto a partir de un fragmento de la última partitura que sobrevivió al bombardeo de la biblioteca de música de Dresden, pero el hecho de que haya sido transformado por otro compositor en algo nuevo y valioso insufla esperanza al violonchelista.

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